Una de las estampas clásicas es la instalación del Portal de Belén. No hay dos iguales. Los hay de todos los tamaños, con más o menos detalles, con papel de plata simulando el agua o con figuras artesanas que se mueven al son de las luces. Los hay para todos los gustos pero detrás de todo el placer por observar auténticas maravillas, hay muchas horas de trabajos y muchos meses de preparación.
Es lo que ocurre en Paterna con el Belén montado en la parroquia de San Bartolomé Apóstol, que no ha pasado inadvertido tanto para los feligreses como para los vecinos de la localidad. En él queda impreso la idiosincrasia de Paterna a través de sus diferentes monumentos. Gracias a la labor artesanal de los vecinos Antonio Gómez y Eduardo Castaño, el nacimiento del hijo de Dios se ha producido junto a emplazamientos como la Fontanilla, el Alpízar, el Pozo de la Libertad o la ermita de San Isidro de la aldea de Tujena o incluso la propia Iglesia y su torre. Una labor original que hace único y extraordinario el nacimiento que se ha convertido en toda una referencia en la localidad. Y que son frutos de sus propias manos, porque de las manos de Antonio salió la construcción en miniatura de la torre parroquial y de las manos de Eduardo, el resto de monumentos y el posterior montaje.
El Belén ha conseguido conjuntar en un espacio limitado el buen gusto por esta tradición tan arraigada en nuestra tierra. En él podemos maravillarnos con solo apreciar sus figuras, muchas de ellas en movimiento. Como por ejemplo las que realizan labores agrícolas. Todo un disfrute para los más pequeños y los más apasionados por esta práctica que podrán visitar en el interior de las naves de la parroquial de San Bartolomé Apóstol en horario de misa durante estos días y hasta la finalización de la epifanía.